domingo, 15 de septiembre de 2013

¡Cuidado con la música! XXVIII

¡Cuidado con la música! (Esto es parte del libro que estoy redactando)

Así habló Zaratustra X

Ditirambos de Dionisios

Todos los poemas que Nietzsche propone en esta cuarta parte podrían ser pensados como “ditirambos”, pues se encuentran reunidos (y ligeramente modificados) en Ditirambos de Dionisios. ¿Pero qué es esta figura del “ditirambo”1? ¿Y quién es este “Dionisios”2? Mejor lo vemos en lo que significa para Nietzsche. En Ecce Homo va dando cuenta que este dios está desde el principio de sus obras. Ya en El origen de la tragedia destaca:

Las dos innovaciones definitivas del libro son, en primer lugar, la interpretación del fenómeno dionisíaco en los griegos “nunca se ha dado tan claramente la psicología ni se vio una de las raíces del arte griego completo”, y en segundo lugar la interpretación del socratismo.

Luego lo quiso asociar a la música de Wagner, aunque más tarde devele que hablaba de sí mismo.

Podrá interrumpirme algún psicólogo diciendo que la música dionisíaca oída mis años mozos no tiene nada de común con la de Wagner, y que al describir la música dionisíaca describo la que había oído, porque instintivamente debo traducir todas las emociones con arreglo al nuevo espíritu que hay en mí. La prueba de ello está en mi libro Richard Wagner en Bayreuth y no puede ser más decisiva. En todos los pasajes que tienen una significación psicológica no se habla más que de mí.

La idea de Dionisios se preserva en Zaratustra, pues este es un danzante, alguien al que el cuerpo le importa (y no sólo la razón), al que la contradicción le importa, el enigma y el abismo le importan... le importa crear.

Para un propósito dionisíaco, la dureza del martillo, el gozo mismo de la destrucción, es una de las primeras y más decisivas condiciones. El imperativo: “¡sed duros!”, la certeza fundamental de que todos los creadores son duros es el verdadero signo distintivo de una naturaleza dionisiana.

Dionisios no dejará de estar en sus libros posteriores, ni en La genealogía de la moral, ni en El caso Wagner; no lo abandonará ni siquiera cuando pierda toda razón y firme sus cartas ya no como Nietzsche sino como Dionisios.




1. Es una composición poética en honor a Dionisios.
2. En la mitología clásica Dioniso (Dionisios, como lo llama Nietzsche) es el dios del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis. También conocido como Baco.


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