jueves, 22 de noviembre de 2012

Presentación

¡Cuidado con la música! Presentación
“¿Entonces, no hay dios, no hay leyes, no hay moral, no hay ciencia? Sí, dice Nietzsche, hay todo eso, pero, y a diferencia de Kant, para él no son más que inventos, metáforas, ilusiones, todo producto del impulso creador de los hombres”. Gustavo Varela
Queremos desarrollar un aspecto de la filosofía de Nietzsche: la filosofía como música. Queremos advertirles que es uno de sus mejores aportes. Queremos situarnos en nuestra época. Queremos esta filosofía no solo del pensamiento, de la representación, de la lógica… de la verdad. Creemos que no se ha sacado provecho de esta filosofía como música. Creemos que muy pronto nos detenemos en las palabras, muy tarde en el estilo, permanentemente en lo que dijo. Creemos que no es cuestión de dogmatismos, de preferencias tal vez, de superaciones. Creemos que Nietzsche aún sigue vigente. ¿Cómo sería la música de Dios a muerto? ¿Cómo la del Anticristo? ¿Cómo la de Dionisios? ¿Y la de la voluntad de poder? La música no es solo aquella que suena, sino también la del lenguaje. Y ni siquiera sólo esa, representada en el pentagrama y en las notas, sino también la del concepto. En este camino encontramos a Schopenhauer, que sin quererlo extrajo la música del concepto para reinsertarlo en él. Por lo menos Wagner fue quien lo profundizó, y Nietzsche amó y se enfermó de ambos. Luego dijo otra cosa, nueva música para nuevos oídos. La música es músicas, y en el filosofar de Nietzsche también. ¿Cómo sería una música del revés de Platón? ¿Cómo una música contraria a todo idealismo? ¿Cómo sería de la no-razón? En lo que vayamos proponiendo encontrarán: a) El decir de Nietzsche sobre la música (como filosofía también); b) La aplicación práctica de este decir en un tema musical, deducido de la misma; c) asociaciones de actualidad. Seremos fieles para esto a Foucault que dijo:
“Yo, las gentes que amo, las utilizo. La única manera de reconocimiento que se puede testimoniar a un pensamiento como el de Nietzsche es precisamente utilizarlo, deformarlo, hacerlo chirriar, gritar.”
En la vida no todas las sensaciones son buenas, cuando caminás a la madrugada no te sentís igual en cada una de las cuadras; si hacés siempre el mismo camino las casas pueden turbarte en su ligera diferencia, tal vez aparezca una que nunca viste; leer un párrafo y encontrarle muchos puntos de vista puede ser enloquecedor; entrar en la música y pasar de un instrumento a otro trae consecuencias: las mismas que ver esa casa nueva para ti, en tu camino de todos los días, y encontrándola abierta la consideres más tuya y te zambullas. La música es una casa nueva en el paisaje de todos los días, de tu existencia. ¡Cuidado con la música! Nadie que sale entra.